A la hora de comprar una vivienda es normal fijarse en el precio, la ubicación, instalaciones, distribución o estado, pero también es importante conocer las deudas ocultas que puedan existir para evitar sorpresas al comprar una vivienda.

Desconocer las deudas o cargas que gravan una vivienda puede suponer un grave perjuicio económico en el futuro nada deseable. Cuando hablamos de deudas ocultas nos referimos a:

  • Impago de impuestos.
  • Cualquier otro derecho concreto que tenga otra persona sobre el inmueble.

Si estás decidido a comprar una vivienda, antes de tomar la decisión de formalizar la compra debes conocer si existen deudas ocultas sobre la misma y valorar si merece la pena asumirlas, desistir de la compra o negociar con el vendedor.

Éstas son las deudas ocultas más habituales en la compra de una casa:

En primer lugar vamos a definir qué entendemos por deuda oculta.

Las cargas de una vivienda son en esencia los pagos pendientes del inmueble que habrá que asumir en el momento de su adquisición. Estas cargas son de todo tipo, desde el recibo de la comunidad hasta el pago de impuestos. Es por esto que hay que comprobar si el inmueble que te interesa tiene deudas o no para definir en el contrato quien debe hacerse cargo y cuándo.

¿Cómo evitar deudas ocultas al comprar una vivienda?

  • Qué hacer para comprar un piso sin derramas:

Para evitar comprar una vivienda con derramas ocultas, es imprescindible que el comprador solicite al vendedor un certificado de deuda emitido por el administrador de la finca o el presidente de la comunidad. Dicho certificado acreditará la existencia o no de derramas pendientes de pago. Y, en caso de existir se especificará su importe, fecha de devengo y concepto.

Así, el comprador podrá negociar con el vendedor el pago de las mismas o desistir de la compra si considera que son demasiado elevadas o que ocultan algún defecto grave en el edificio. En este sentido, las derramas pueden considerarse como vicios ocultos si el vendedor no informa al comprador de su existencia o si las mismas se deben a defectos estructurales o de habitabilidad que afecten al valor o al uso de la vivienda.

  • Asegurarse de que el IBI e impuestos estén al corriente de pago:

Igualmente el comprador solicitará al vendedor los recibos de IBI pagados o un certificado emitido por el Ayuntamiento para acreditar que no existen impuestos pendientes de pago.

  • Comprobar que la vivienda no se encuentra embargada:

Para garantizar que la vivienda está libre de embargos se puede solicitar una nota simple en el Registro de la Propiedad.

Como especialistas en el mercado inmobiliario podemos ayudarte a encontrar la casa que más se ajuste a tus necesidades asegurando que esa vivienda está al corriente en los gastos. Así evitarás sorpresas desagradables.